Las Tres Fuentes de Mavrogenus

17.03.2017 10:13

Nicolaos Mavrogenus fue uno de los hijos pródigos de Paroikia, la mayor población de la isla de Paros, en las Cicladas griegas. Añorado de su Egeo natal y ya gobernador de Valaquia decidió beneficiar a su patria chica dotándola a sus expensas de un suministro público de agua potable: tres bellas fuentes de mármol.

La extensa familia de los Mavrogenus tiene su origen en los Morosini venecianos que habitaban en Constantinopla y que a su vez habrían italianizado su apellido griego. Cuando la ciudad fue conquistada por los turcos en 1453 iniciaron su diáspora particular. Una parte de la familia se trasladó al Peloponeso, otra a la isla de Eubea, junto a la Ática griega, y una tercera rama se asentó en la isla de Creta, por entonces llamada Candia, en cualquier caso, los tres destinos de su exilio eran territorios gobernados por la República de Venecia.

Pero el avance del Imperio Turco no se detuvo en la antigua capital de Bizancio, en 1715 las tropas del sultán Ahmed III invadieron Morea, el Peloponeso griego que estaba bajo administración veneciana y eso incluyó a la pequeña localidad de Vamvakou, en el sudeste de la península. De nuevo los Mavrogenus hicieron las maletas. Stephanos y Petros, con sus padres Demetrios y Maroussaki se dirigieron esta vez hacia la isla de Paros, casi en el centro geográfico del archipiélago de las Cícladas.

Una fuente, quizás la más visible, está en Odos Lochagou Kourtinou, la que era calle del mercado y hoy lo sigue siendo en el aspecto más turístico del término ya que hay bisutería y ropa y parafernalia diversa que conservar como recuerdo. Justo en la encalada pared del ábside de una pequeña iglesia ortodoxa y de las floridas dipladenias que cuelgan a ambos lados está la fuente. Una sencilla estructura de dos piezas de mármol superpuestas en la que los caños están bajo un arco. De hecho, el caño, ya que solo uno se conserva. Sobre ellos hay una pequeña hornacina lobulada en forma de tulipa invertida quizás sirvió para depositar un vaso. La losa de contención del agua en la pila se ve muy gastada. En el centro un rebaje parece que sirviera para que los perros pudieran beber más fácilmente. Como en las otras dos fuentes una cruz grabada decora la parte superior del arco separando el nombre y el apellido del donante. La cifra del año también está partida, 17 a la izquierda y 77 a la derecha.

La segunda fuente está en la misma calle, un poco más al norte, casi haciendo esquina con las escaleras que llevan al kastro veneciano. A su derecha un comercio ofrece cualquier cosa que pueda elaborarse con madera de olivo. Esta fuente es muy parecida a la anterior pero ya no conserva ningún caño y la hornacina es más simple, ni es lobulada ni parece una tulipa. A la derecha del hueco una argolla clavada debió de asegurar que nadie se llevara el vaso o la copa. Sin éxito. De hecho, esta es la más discreta de las tres fuentes.

La tercera y última está en una derivación de la calle del mercado hacia la derecha, en dirección al puerto. Es la mayor de las tres y la que posee una decoración más compleja. Está rematada por un frontón triangular con tres bolas de mármol. Bajo la hornacina, en forma de rosa invertida, sobresale el único caño. Este carece de llave de paso, ninguna de las tres fuentes funciona en la actualidad. Alrededor de este el frontal está dividido en siete secciones decoradas con motivos florales. En la sección superior dos garzas beben al unísono del mismo cáliz. Sobre sus cabezas pende una concha.

© J.L.Nicolas

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