Las Colonias de los Estrechos

12.06.2020 13:06

Los estrechos de Malaca y de la Sonda, o simplemente the Straits, que separan la península de Malasia de la gran isla de Sumatra, concentraron la mayor parte del tráfico marítimo entre India y China, entre Oriente y Occidente. Aun en la actualidad es una importante arteria naval en la que todavía se cometen actos de piratería. Ciento diez incidentes fueron denunciados en 2004. El Imperio Británico trató de controlar sus aguas mediante tres grandes puertos: Penang, Malaca y Singapur.

Ya en la antigüedad, comerciantes árabes, africanos y persas utilizaban las costas occidentales de Malasia para avituallar sus navíos antes de proseguir viaje hacia los puertos de China para abastecerse de mercancías exóticas. Los estrechos se cruzaban en una u otra dirección en función de la dirección de los monzones. Y controlarlos era controlar prácticamente una buena parte del comercio mundial, aunque el mundo fuese un orbe reducido como en tiempos del Reino de Srivijaya o una aldea global.

Malaca, un punto estratégico en el estrecho que hoy lleva su nombre, no era más que una aldea de pescadores hasta que, a principios del siglo XV, se estableció allí Iskandar Shah, también conocido como Parameswara, un príncipe hindú afincado en Sumatra. Sus actividades relacionadas con la piratería le obligaron a huir a Temasek, hoy Singapur, perseguido por el reino Mahapajit. De Temasek fue expulsado en 1398 por el reino de Ayutthaya. El desarrollo de su puerto y las facilidades dadas para almacenar y transportar mercancías contribuyeron a su crecimiento. Los mercaderes árabes llamaron al puerto Malakat, que significa concentración de comerciantes. Los tejidos indios se entremezclaban con las porcelanas, la seda y las especias de las islas. Aquí, los generales chinos visitaban a sus aliados, en 1405 el almirante Zheng He empleaba el puerto como base para su flota. El nieto de Parameswara, Muhammad Shah fue el primer maharajá en convertirse al Islam, su hijo Muzaffar Shah adoptó el título de sultán. Una hija del emperador Ming de China llegó con quinientos sirvientes para contraer matrimonio con el sultán Mansur Shah, estos acabarían instalándose en la colina que hoy se llama Bukit Cina y sus descendientes son los chinos del estrecho conocidos como nyonya o peranakan. Mansur Shah vivía los mejores días del sultanato de Malaca que se extendió por la península malaya, las islas Riau y las costas orientales de Sumatra. Hasta que llegaron los portugueses.

Estos, como otras potencias europeas tras el descubrimiento de América, intentaban encontrar nuevas rutas a los mercados que, en Europa, estaban  monopolizados por las Repúblicas Marítimas, principalmente por Venecia. Los portugueses creían que quien gobernara Malaca tenía puesta una mano en la garganta de la ciudad adriática. En 1511, tras algunos intentos infructuosos de negociar con el sultán una autorización para establecer un asentamiento comercial, el virrey de Goa, Afonso de Albuquerque, partió del enclave portugués en India con dieciocho naves y mil cuatrocientos hombres. Tras apenas un mes de asedio capturaron Malaca el veinticuatro de agosto. El último sultán, Mahmud Shah, se retiraría a Johor, donde desde Penyengat, en el archipiélago de Riau, su hijo Alauddin Riayat Shah II gobernaría el resto de territorios del sultanato. Malaca permanecería en manos portuguesas durante ciento treinta años. Durante ese periodo la relevancia del puerto decayó como consecuencia del boicot de los comerciantes chinos y musulmanes, que lo sortearon favoreciendo otras escalas malayas. Portugal lo emplearía como refugio entre sus posesiones en Indonesia, Macao y Goa.

El mismo año en que tomaron la ciudad, los portugueses la fortificaron con murallas y bastiones alrededor de la colina donde estuvo el palacio del sultán, una fortificación que resistió los esfuerzos del sultanato de Johor por recuperar su puerto y que solo cedió ante el ataque de los holandeses en 1641. A la Fortaleza de A Famosa se accedía a través de cuatro puertas: la de la Aduana, la de São Domingo, la de Santo Antonio y la de Santiago, única que se mantiene en pie y que ha permanecido como uno de los restos arquitectónicos europeos más antiguos en Asia, gracias al interés de Sir Stamford Raffles, quien insistió, ya durante el control británico, en que se conservara algún tramo del monumento, además todavía se puede ver, sobre la puerta, el escudo de armas de la compañía holandesa. Fuera de la muralla se formaron las barriadas de Upih, Tranqueira y Tanjung Pasir. En esta última, en los alrededores de Medan Portugis, la plaza de Portugal, aun residen descendientes de los colonos portugueses mezclados en el tiempo con los malayos, los Kristang, con una lengua propia derivada del portugués, el Cristao. Celebran en junio la Festa Senjuang y la Festa San Pedro. En sus muelles, en bajamar se pueden observar unos curiosos peces que caminan fuera del agua sobre el lodo arenoso. Una minucia, comparados con los varanos que nadan en el río en el mismo centro de la ciudad y que pueden llegar a medir tres metros de longitud, o de los cocodrilos que, en las afueras de Malaca se concentran desde 1987 en Taman Buaya, la granja de cocodrilos.

La neerlandesa Verenigde Oostindische Compagnie, Compañía de las Indias Orientales, había empezado a establecerse y a hacerse un espacio en las islas de las especias y en el Índico, en más de una ocasión expulsando por la fuerza a la competencia. Ese fue el caso de Malaca, donde apoyándose en fuerzas de los sultanatos de Johor y de Aceh arrebataron la ciudad portuaria a Portugal. La controlaron entre 1641 y 1798. Sin embargo el principal interés de los holandeses era simplemente que no hiciera sombra a sus puertos más relevantes en la región, principalmente a Batavia, actual Yakarta, en la isla de Java. El legado neerlandés se concentra en Town square o, Dutch square, la plaza Holandesa, donde construyeron, en 1650, el ayuntamiento, Stadhuys, como residencia del gobernador y que hoy acoge al Museo de Historia y Etnografía. Enfrente está la iglesia de Christ Chuch, de 1753, y la torre del reloj, de 1886. La iglesia originalmente estaba encalada, desde 1911 todo el conjunto de la plaza fue pintado en un característico tono rojo. La iglesia de San Pablo, construida por los portugueses, se reconvirtió para los ritos protestantes y fue renombrada Bovenkerk, la iglesia alta, ya que estaba sobre la colina. También durante la época holandesa, en 1645, se construyó el templo Cheng Hoon Teng, o de la Nube Verde, dedicado a las confesiones Taoísta, Confucionista y Budista, es el más antiguo de Malasia. Conserva una inscripción dedicada a la visita del almirante Zeng He. Cerca, en la misma calle Tukang Emas, se hallan el templo hinduista Sri Poyyatha Vinayagar y la mezquita de Kampung Kling.

Malaca fue cedida a los británicos tras el tratado anglo-holandés de 1824 por el que, a cambio, se les cedía Bencoolen en Sumatra. Inicialmente fue administrada por la British East India Company antes de que pasara a convertirse en dependencia de la corona y formase parte de los Straits Settlements, las Colonias de los Estrechos, junto a Penang y Singapur, por quienes los ingleses tenían preferencia.

La isla de Penang - significa areca o nuez de betel -  situada al norte de la entrada del estrecho, pertenecía al sultanato de Kedah antes de que el sultán Abdullah Mukarram Shah lo cediera a la Compañía Británica de las Indias Orientales en 1786 a cambio de protección militar contra la amenaza de los ejércitos birmano y siamés. El asentamiento, que el capitán Francis Light renombró Prince of Wales Island, se reforzó con la construcción de una fortaleza, Fort Cornwallis, allí donde fundaron Georgetown y se trazaron las primeras cuatro calles: Beach, Light, Pitt y Chulia, que aun conforman el núcleo de la ciudad actual. La abertura del Canal de Suez desarrolló extraordinariamente el comercio con el lejano oriente y Penang se benefició de ello. La bonanza atrajo a miles de emigrantes de orígenes diversos y convirtió la colonia en un centro plenamente cosmopolita. Algunos escritores quisieron conocer de cerca esta joya de la corona y Somerset Maugham, Herman Hesse, Rudyard Kipling, Karl May y Joseph Conrad, entre otros, ocuparon habitaciones en el Eastern and Oriental Hotel, en lebuh Farquhar.

Georgetown, a pesar de estar en Malasia, es una autentica ciudad china, dicen que incluso más que Hong Kong o Singapur. En el centro aun existen las típicas casas peranakan, sino-malayas, con sus tiendas que ocupan toda su fachada y no faltan ni rickshaws ni trishaws para desplazarse.

Al sur de la isla, en Bayan Lepas, se levanta desde 1850 el templo de las serpientes que se llamó Templo de la Nube Azul. Se construyó en memoria de un monje budista llamado Chor Soo Kong, de quien se dice que dio refugio a los ofidios de la selva, así que el templo está poblado de víboras adormecidas por el humo del incienso a las que prudentemente se les ha desprovisto de su veneno.

Los transbordadores operan las veinticuatro horas para unir Butterworth con la isla, aunque desde 1985 es accesible por uno de los puentes más largos de Asia, Jambatan Pulau Pinang.

Tras la ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial las Colonias de los Estrechos se disolvieron en 1946 integrándose posteriormente en la Federación Malaya, con la excepción de Singapur, que apenas formaría parte de la federación durante un año, entre 1964 y 1965.

© J.L.Nicolas

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