La Arquitectura del Fascio

02.07.2021 09:15

En los años en que el Dodecaneso fue administrado por Italia, dos arquitectos desembarcaron en la isla de Leros con el encargo de desarrollar una nueva ciudad donde alojar al personal y a los servicios de la base naval. Eran los años de eclosión de la arquitectura racionalista y del Art-Déco. También los del fascismo de Mussolini. 

Leros fue anexionada a Italia por los marineros del crucero San Giorgio, era el 12 de mayo de 1912, cuando aún no había concluido la guerra ítalo-turca. Allí los italianos decidieron crear su mayor base naval en el Egeo. La isla posee uno de los mejores puertos naturales del Mediterráneo, junto a los de Malta y Mahón, la bahía es profunda, casi tres quilómetros y medio, allí la Regia Marina radicó dos destructores, dos lanchas torpederas y cuatro submarinos. Leros es una isla intermedia en el Egeo oriental, ocupa unos 53 km2 frente a las costas turcas de Asia Menor. Allí los romanos de oriente, Bizancio, levantaron una magnifica fortaleza que vigila las aguas al este de la isla, es cuanto queda de su paso sobre las tranquilas villas de Platanos y Aghia Marina, más tarde, la Orden del Hospital amplió las murallas.

En la década de 1920, los italianos creyeron necesaria la creación de una nueva ciudad que acogiera a los trabajadores y oficiales destinados a la base naval. Así se creó, ex novo, Porto Lago, hoy llamada en griego Lakki. Actualmente residen unos dos mil vecinos, cuando la ciudad fue pensada para siete mil. El nombre lo cedió quien fue gobernador de las islas entre 1922 y 1936, Mario Lago. El triestino Rodolfo Petracco y el boloñés Armando Bernabiti fueron los principales arquitectos encargados de planificar la nueva ciudad. La planta forma un semicírculo cortado por la línea de mar y rematado con una gran plaza en cada extremo; las calles, amplias, forman un trazado ortogonal dividido en zonas con usos determinados: edificios públicos, escolares, deportivos, comerciales, de ocio o residenciales. Los servicios de la administración se encontraban en el frente marítimo, la zona de compras en un segundo término y las residencias junto al arco viario que la delimitaba. 

La isla ganó una fama no deseada durante la dictadura de los coroneles, entre 1967 y 1974, cuando los hangares, almacenes y otras dependencias de la antigua base naval italiana fueron reutilizados como centro de detención de prisioneros políticos. Esas mismas instalaciones fueron aprovechadas de nuevo para el Sanatorio Nacional de Leros, un hospital para enfermos mentales que compartió la mala fama a causa de los malos tratos prodigados a los internos. El escándalo estalló en 1989 y, desde entonces, se ha reducido notablemente la cifra de internos, aunque un informe de la BBC, de 2009, sugería que las mejoras no habían sido las suficientes.  

La escuela racionalista italiana dejó numerosos ejemplos de su arquitectura en otras islas del Dodecaneso, obras de Giovanni Muzio, Marcello Piacentini y Giuseppe Terragni, sobretodo en la ciudad de Rodas y en Cos. En Rodas destacan la residencia del Gobernador, el actual Casino, la villa Neo-Chorio, los baños de Kalitea o el teatro y el mercado; en Cos las oficinas del puerto, el Stadium, los juzgados, el Museo Arqueológico, la antigua casa del fascio y el mercado; en Patmos los edificios del puerto y, más lejos, han quedado algunos edificios notables en Libia y en Asmara, la capital de la antigua colonia de Abisinia, hoy Eritrea.

© J.L. Nicolas

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