La Colección Farnese

23.06.2025 14:14

El Museo Archeologico Nazionale di Napoli (MANN) conserva y expone una de las mayores colecciones de escultura antigua que se formó durante el Renacimiento, vinculada a la familia de Alessandro Farnese (1468-1549) quien fue el Papa Paolo III y de sus sobrinos, los duques de Parma.

El origen de la colección se remonta al inicio de las obras de la basílica de San Pedro, en el Vaticano, y a la construcción de los palacios de la familia del Papa, pues se emplearon como cantera los foros romanos y las ruinas de las termas de Caracalla. Las excavaciones sacaron a la luz numerosas estatuas de mármol, las cuales, sin ningún pudor, pasaron a formar parte del patrimonio de la familia Farnese en Roma, decorando el palacio Farnese, junto al Campo di Fiori, el de la Madama – por Margarita de Austria -, Villa Angelina y los jardines de los Huertos Palatinos, en la antigua Domus Tiberiana que tenía vistas sobre la basílica de Majencio y los viejos foros romanos, conocidos en el siglo XVI como Campo Vaccino, el campo de vacas. Donaciones y ulteriores adquisiciones ampliaron la colección ya en el siglo XVI y aún más en el siglo siguiente de la mano del cardenal Ranuccio. En el siglo XVIII la colección pasó a los Borbones, a Carlos III de Borbón quien estaba en el trono del Reino de Nápoles desde 1734; las mansiones y palacios de los Farnese, en Roma, se vieron vaciados de sus colecciones estatuarias, los mármoles romanos llegaron al rey de Nápoles por herencia de su madre Elisabetta Farnese junto a otras colecciones diversas de numismática, pintura, libros y manuscritos, entre otras adquisiciones. Hoy más de trescientas esculturas se encuentran en el MANN además de otro centenar de piezas que estaban dispersas en otros fondos. Ahora forma la llamada Colección Farnese.

La colección ocupa una treintena de salas del que fuera Palazzo degli Estudi, Palacio de los Estudios de Nápoles, originalmente unas caballerizas del siglo XVI que se adaptaron para acoger la sede de la universidad. Cuando esta fue trasladada en 1777, el edificio fue restaurado y se modificó para albergar el Museo y la Biblioteca Real. Desde mediados del siglo XX es el Museo Arqueológico, el cual acoge muchos de los hallazgos y pinturas obtenidos en las excavaciones de Pompeya y Herculano, más otras colecciones estatuarias procedentes de Capua, posee una sección epigráfica, otra de antiguo arte egipcio y otra dedicada a la Magna Grecia.

Por lo que respecta a la Colección Farnese, en la sala I se encuentran los relieves del Hadrianeum, el templo dedicado al emperador Adriano en el Campo de Marte, los mármoles de la Domus Flavia, las estatuas de los prisioneros dacios, las de Apolo con la lira, una de ellas compuesta por dos tipos distintos de mármol: pórfido y mármol blanco. Esta, la sedente y bicolor, fue conocida como Roma triunfante; la otra fue esculpida en basalto. Entre las salas II a la IV se exponen piezas procedentes del Palacio Farnese de Roma: Dionisio de niño, Ganímedes y el águila, Eros, Antínoo, Pan y Dafne y los tiranicidas Harmodio y Aristogitón, quienes, en el año 514 a.C., asesinaron al pisistrátida Hipias. Las estatuas originales – esta es una copia de época romana, del siglo II -, obra de los escultores griegos Critias y Nesiotes, fue robada por los persas durante el saqueo de Atenas del año 480 a.C.

En las salas V y VI las esculturas corresponden a la temática de dioses y figuras míticas, donde destacan las piezas de la Artemisa de Éfeso, de alabastro y con las manos, pies y cabeza de bronce, y Eros con un delfín, que decoró una fuente.  

En las salas que corresponden a los hallazgos de los Huertos Farnesianos del Palatino, que dominaban el valle de los foros, se pueden admirar las estatuas de mármoles bicolores de Isis y Fortuna, también la de Asclepio y distintas piezas de Afrodita-Venus en las versiones púdica, anadiomena o la doidalsa o agachada, que dominaron la concepción griega de la diosa.

Del expolio de las Termas de Caracalla, en la colina del Aventino, aparecieron algunas de las piezas monumentales más destacadas. Las termas, que tuvieron unas colosales dimensiones, estaban decoradas con revestimientos policromos de mármol en las paredes, los suelos estaban pavimentados con grandes mosaicos y, por descontado, hubo numerosas estatuas, por lo menos un centenar y medio, que ornaron las instalaciones termales. De aquí proceden el monumental Hércules Farnesio, estatua atribuida al griego Glykon, aunque esta sea una copia romana del siglo II, que lo muestra de pie, desnudo en reposo, apoyado sobre su clava y su piel de león y, en la mano derecha, en la espalda, sosteniendo una manzana, lo cual sugiere que ya había concluido el trabajo de las manzanas de las Hespérides; y el colosal conjunto escultórico del tormento de Dirce, conocido simplemente como el Toro Farnesio. Dirce, casada con el usurpador del trono de Tebas, Lico, dedicó tiempo y esfuerzos en maltratar a la sobrina de este, Antíope. Antíope logró escapar y dio a luz a sus dos hijos: Anfión y Zeto. Cuando estos fueron mayores vengaron a su madre atando a Dirce a un toro que la arrastró hasta la muerte. El conjunto escultórico pesa más de veinticuatro toneladas y mide más de cuatro metros de altura y tres de lado.

Otras salas contienen las colecciones de retratos de emperadores romanos, donde destaca el busto colosal de Antonino Pío, otros bustos de filósofos y escritores griegos, esculturas femeninas y masculinas de cuerpo entero que corresponden a personajes privados, además de algunos sarcófagos esculpidos.

© J.L.Nicolas

 

Ver más fotografías