La Última Duquesa

18.12.2020 10:46

El palacio Venier dei Leoni asoma a las aguas del Gran Canal entre las mansiones Da Mula Morosini y el palacio maldito de Ca Dario. No destaca precisamente por su altura, es el único de una sola planta entre sus vecinos, sin embargo, acoge una colección de arte contemporáneo de envergadura, la de Peggy Guggenheim (1898-1979), a quien los venecianos llamaron afectuosamente l’ultima dogaressa, la última duquesa.

Su interés y sus contactos en el mundo del arte, que arrancan en el París de los años 30, la llevaron a abrir galerías en Londres y Nueva York. La de Londres, en enero de 1938, cuando ella tenía 39 años, la llamó Guggenheim Jeune y allí mostró dibujos de Jean Cocteau y organizó la primera exposición de Vasily Kandinsky en la Gran Bretaña. En Nueva York inauguró Art of This Century en el 30 de la calle 57 Oeste, era el 20 de octubre de 1942.

Tras volver a Europa, la coleccionista de arte, hija de un magnate que pereció en el naufragio del RMS Titanic, se instaló en Venecia, donde adquirió el palacio del Gran Canal en el que residió a lo largo de treinta años. En la Biennale de 1948, presentó parte de su colección y algunas obras de un artista norteamericano por entonces todavía desconocido, Jackson Pollock, invitada por el secretario general de la organización, Rodolfo Pallucchini, cediéndole el pabellón de Grecia. En su autobiografía Confessions of an Art Addict (Confesiones de una adicta al arte), la Guggenheim escribió sobre esta exposición de la bienal: “My exhibition had enormous publicity and the pavilion was one of the most popular of the Biennale. I was terribly excited by all this, but what I enjoyed most was seeing the name of Guggenheim appearing on the maps in the Public Gardens next to the names of Great Britain, France, Holland, Austria, Switzerland, Poland, Palestine, Denmark, Belgium, Egypt, Czechoskoslovakia, Hungary, Romania. I felt as though I were a new European country”. (“Mi exposición tuvo una enorme publicidad y el pabellón fue uno de los más populares de la Bienal. Estaba terriblemente emocionada por todo esto, pero lo que más disfruté fue ver el nombre de Guggenheim apareciendo en los mapas de los Jardines Públicos junto a los nombres de Gran Bretaña, Francia, Holanda, Austria, Suiza, Polonia, Palestina, Dinamarca, Bélgica, Egipto, Checoslovaquia, Hungría, Rumania. Me sentí como si fuera un nuevo país europeo”).

Desde su muerte la colección es gestionada por la Fundación Solomon R. Guggenheim, de la que también dependen los museos de Nueva York, Las Vegas, Berlín y Bilbao.

© J.L.Nicolas

 

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