Róterdam, en Obras

24.01.2018 09:49

La ocupación de Holanda por la Alemania nazi fue rápida a causa de su contundencia. Róterdam quedó prácticamente borrada del mapa forzando la rendición del país. Acabada la guerra empezó la reconstrucción. La de la ciudad fue distinta a la de otras y hoy en día se ha convertido en un catálogo de arquitectura vanguardista al aire libre.

Pasaban veinte minutos de la una de la tarde del martes 14 de mayo de 1940 cuando casi un centenar de bombarderos aparecieron sobre el cielo de los Países Bajos. Entre ellos, pertenecientes al ala aérea Kampfgeschwader, volaban 54 aparatos Heinkel He-111, un bombardero medio que ya se había probado con la Legión Cóndor durante la Guerra Civil española. Dejaron caer sobre el centro de la ciudad 1150 bombas de 57 kg y 158 de 250, en total 97 toneladas de explosivos que arrasaron un área de 2.6 quilómetros cuadrados en los que destruyeron 24978 hogares, 24 iglesias, 2320 tiendas, 775 almacenes y 62 escuelas, causaron la muerte de un millar de personas y dejaron sin techo a setenta mil. La mañana siguiente el gobierno holandés capitulaba ante la agresión totalitaria alemana.     

Prácticamente todo el centro urbano fue demolido para reconstruir de nuevo la ciudad. A diferencia de otras poblaciones que, tras la guerra, optaron por reproducir fielmente los edificios destruidos, Róterdam apostó por aprovechar la oportunidad para diseñar de nuevo la trama urbana. Se olvidaron los trazados de las calles de origen medieval y se reinventó la ciudad mediante un proyecto trazado en 1946 por el equipo de arquitectos de Cornelius van Traa, al que denominaron Basisplan voor de Herbouw van de Binnestadt – plan básico para reconstruir el centro -, el cual aconsejaba desarrollar espacios abiertos y la integración de la zona fluvial, de hecho apostaban más bien por un modelo urbanístico de corte estadounidense en lugar de europeo. El inmenso desarrollo del puerto y del tráfico de mercancías generado lo convirtió ya en 1962 en el más activo del mundo, posición que en la actualidad ya le han arrebatado varios puertos asiáticos.

A pesar de la barbarie, Róterdam aun preservó algunos edificios, muy pocos, anteriores al bombardeo alemán, el más antiguo entre ellos es la catedral, Laurenskerk, único edificio medieval hoy en día. La Witte Huis, - casa blanca - de 1898, inspirada en las torres de oficinas de Manhattan, fue en su momento el primer rascacielos europeo con once pisos y 45 metros de altura, aun es impresionante con su compacta apariencia de castillo. En los años treinta del siglo pasado Róterdam también fue receptiva a las nuevas corrientes de la arquitectura de vanguardia que se concretaron en las obras de Johannes Brinkman y Leendert van der Vlugt, la fábrica Van Nelle y la funcionalista Sonneveldhuis. El edificio neorenacentista del ayuntamiento fue construido entre 1914 y 1920 sobre el diseño de Evers Henry, sobre el vestíbulo principal se levanta una torre de 71 metros de altura.

Hoy, el Basisplan de Van Traa ya ha sido ampliamente superado por nuevos proyectos que han convertido Róterdam en un laboratorio de arquitectura contemporánea y en un catálogo de arquitectos destacados. La Euromast Tower, una colosal torre de comunicaciones de 186 metros fue construida en 1960, obra de Hugh Maaskant y tras ella en los años noventa empezaron a crecer proyectos que competían por la innovación de las formas. El puente Erasmus, de Ben van Berkel y Caroline Bros tendió sus 790metros de longitud sobre el rio Nieuwe Maas en 1996 sostenido por un pilón asimétrico de 138 metros que han apodado como De Zwaan, el cisne, ya que su forma recuerda al cuello del ave.  

El área de la estación de ferrocarril concentra algunos de los nuevos rascacielos y la propia Rotterdam Centraal, que reconstruida en 1957, fue completamente remodelada en 2014 por un conglomerado de equipos de arquitectos previendo para el año 2025 un tránsito de 320.000 pasajeros diarios. Fueron recuperados el reloj y las letras de la fachada, estas diseñadas por el arquitecto Sybold Van Ravensteyn para la antigua estación. Cerca de esta, junto a otros edificios que intentan avanzar hacia los cielos sobresale el Gebow Delftse Poort, unas torres gemelas que alcanzan los 151 metros de altura junto a los 149 de la Millennium Tower, que trata de imitar, en una versión más estilizada, al Empire State. Todos ellos ya superados en altura por la Maastoren, junto al rio, con sus 164 metros.

No muy lejos, cerca de y en la misma plaza de Westnieuwland hay algunos de los hitos arquitectónicos que más llaman la atención: Kijk Kubus, las casas cubo y el nuevo mercado, Markthal. Las originales casas cubicas nacieron en 1977 de un proyecto de Piet Blom. Finalmente se construyeron 39 unidades y su particularidad es que se trata de cubos inclinados a 45 grados sostenidos sobre pilares como si cada una de ellas fuese un árbol, de tal manera que la alineación global forma un peculiar bosque. Cada casa tiene una superficie de cien metros cuadrados divididos en tres plantas, en la primera dispone del salón y la cocina, en la segunda hay dos dormitorios y el baño y aún hay un espacio más en la tercera planta. Una de las viviendas se ha habilitado para ser visitada como si se tratara de un museo, en otra se puede pasar la noche ya que se ha convertido en un pequeño hostel. 

Markthal es el vistosísimo nuevo mercado de Róterdam desde octubre de 2014, obra de la firma de arquitectura MVRDV. El colosal edificio tiene la forma de una herradura que en su oquedad, cubierta por fachadas acristaladas, contiene las paradas del mercado, una nutrida variedad de restaurantes y comercios. Las paredes y el techo albergan 228 viviendas y oficinas.

El record de altura en la ciudad, ostentado por la Maas Tower será superado en 2020 por el impresionante rascacielos Zalmhaven Tower, a 215 metros del suelo y, probablemente, no será el último.

© J.L.Nicolas

 

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